¿Cuáles serán los temas para mi blog?

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Decir algo interesante no es fácil. Buscaré en el baúl de mi pasado algo que pueda suscitar interés en el marco de la cotidianeidad de la familia y sobre la labor de esposa  del embajador? Lo que vio el ojo de una antropóloga en la vida diplomática de su esposo.

Yo misma, me haré una serie de preguntas para acotar mis relatos y dar vida a los actores de esa rutina diaria de muchos años.

 Comenzaré en el Mes de la Mujer, porque me gustaría hablar de esa mujer, la esposa del embajador y del cónsul; expresar lo que ha sido mi propia misión en la vida ya por casi cuatro décadas; relatar algunas consideraciones que deseo profesionalizar e institucionalizar para el futuro de aquellas que vienen atrás, y recordar algunas mujeres excepcionales que he conocido a lo largo de estos años, y a lo ancho del planeta.

Como esposa del embajador de México en siete países; y esposa de cónsul general en 4 grandes ciudades, he vivido situaciones y experiencias de gran valor, consciente de que si a la función de la esposa del diplomático, se la ve desde el exterior puede, para muchos, resultar atractiva, sofisticada y hasta envidiable. No obstante, al vivirla desde adentro, implica mucho más: retos intrincados y difíciles acomodos para la familia en general. Es un trabajo de pareja; que implica el esfuerzo de dos personas, por lo que es mucho más rico y completo, es una labor por la que se cobra solamente un salario y en donde el  mérito es siempre individual.  Sin embargo, en este ámbito profesional la esposa  nunca puede deslindarse de la misión  y la responsabilidad que desempeña su marido. Su vida es en colectivo.

La vida diplomática es un cúmulo de experiencias y vivencias que pueden ser interesantes e ilustrativas de un contexto histórico dado; pero ello demanda profesionalización en la observación y en la interpretación de los hechos. Un diplomático debe ser discreto hacia afuera, abierto y preciso con su gobierno, muy cauto en la expresión porque cada palabra del análisis cuenta para fundamentar la explicación de un hecho. Y, en su vida privada, cuidadoso al máximo en su conducta y en su relación familiar durante sus estancias en el extranjero. El diplomático nato cuida el filo de sus palabras para no imponer un criterio, sino para negociar con lucidez, racionalizando el argumento, manteniendo a raya lo subjetivo, y buscando con la disuasión y la persuasión acuerdos formales  e informales que favorezcan el entendimiento y la cordialidad entre todas las partes.

Hoy en día aunque el internet nos inunda con información, sigue siendo válido e interesante compartir conocimientos y perspectivas sobre las experiencias personales acerca de las diferentes culturas y costumbres, y especialmente sobre hechos históricos atestiguados personalmente. De ahí el gusto de compartir con ustedes algunas de mis experiencias y observaciones de esos 40 años pasados  acompañando a mi esposo en la tarea de representar a México.

Trataré de relatarles lo aprendido en los sitios en que me tocó vivir. Les hablaré de experiencias disfrutadas o sufridas al través de varias décadas, con énfasis en las vivencias significativas que han enriquecido mi vida y la de mi familia. Tal vez al compartirlas,  puedan ustedes recrearlas en su imaginación o asociarlas a satisfacciones, vicisitudes, y encanto por esos pueblos que a nosotros nos acogieron, a veces con afecto, y a veces con indiferencia, aunque la vivencia nunca nos fue indiferente.

Les hablaré de San Diego, California y los miles de mexicanos que llegan hasta ahí en busca de trabajo. De Nueva York en la década de los ochentas.  De las maravillosas puestas de sol en el desierto de El Paso, Texas y de los lazos de las comunidades de ambos lados de la frontera, que datan de la Revolución Mexicana iniciada en 1910. De la riquísima comida peruana sazonada con profunda amistad, de mis cerámicas de Chulucanas y del Perú en donde mi hija Ana Fernanda hizo su debut como quinceañera. De Nicaragua y mi aprendizaje sobre la recia mujer nicaragüense, pero sobre todo de esa mujer de profunda convicción democrática que ha sido doña Violeta Barrios de Chamorro. Tocaré el tema de la formación de mis hijos por humanistas jesuitas que despertaron en mi hija el amor y la entrega a la educación de los niños latinoamericanos, y el apego de mi hijo Luis Edgardo al mundo nicaragüense. Así como el gusto por el Diseño y la curiosidad por conocer y perfeccionar el mundo que le ha tocado vivir.

Del Líbano y sus tradiciones milenarias habrá mucho que decir. De Siria, con sus ciudades habitadas desde hace 5 mil años y ahora destruidas casi en su totalidad, como Damasco, Palmira y  Aleppo. De Jordania, de los antiguos edomitas, de  Petra, ciudad labrada en la piedra. Espero que no dejar fuera, las arenas  del desierto saudita y la magnificencia de los imperios surgidos de la conquista árabe del Siglo VII y VIII. También nos daremos tiempo para hablar de la modernidad de Kuwait,  Bahrein y  los Emiratos contrastándola con sus costumbres del tiempo del Profeta. También me referiré al Yemen milenario, a sus niños políglotas, a su mitológica reina de Sabah. Me acordaré de la mexicana diseñadora de modas en Kuwait y traeré a colación algunos secretos muy interesantes para las mujeres de Occidente. Habrá también que hablar del efecto de los vendavales sobre la capital del país más poderoso de la tierra,  Washington, D.C., para concluir el ciclo con  Montreal, principal centro urbano de la única nación latina cerca del Ártico.

Compartiré con todas ustedes casi 40 años de viajar y conocer, de adentrarme  en los modos de vida y en la formas de ser de tantos y tantos seres humanos. Compartiré también amigos entrañables que van quedando en el camino. Afectos que dejan una huella y un vacío profundos. Recuerdos, añoranzas, nostalgias y alegrías. ¿Por qué regresamos a Agua Prieta y si nos instalaremos acá el resto de nuestros días? ¿Qué efectos tuvo nuestro pasado en la vida actual? La vida del embajador jubilado y su responsabilidad moral de compartir sus experiencias. Resultados reales y aceptación del estado en dónde nació. ¿Cómo convivir entre la ciudad de México y Agua Prieta? El CIAAP y el muro que nos separa de EE. UU y que vemos desde nuestra casa. Lili Bolívar y sus nuevas actividades y hallazgos. Los abuelos felices.

Ya comenzamos…

                                                                        Por Lili Bolívar