Toma de Protesta de la Mesa Directiva de la Corresponsalía en Agua Prieta, Sonora del Seminario de Cultura Mexicana

¿Cómo nace la corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana en Agua Prieta, Sonora? A veces los grandes proyectos nacen inesperadamente, motivados por la casualidad, o por azares del destino. También es cierto que los proyectos fecundos son producto de una idea largamente acariciada y que no siempre se materializan en el corto o en el largo plazo y que muchas veces quedan como un deseo o un sueño irrealizado. Aquí, algunos apuntes que describen cómo nació la nueva tarea que hoy me ocupa y a la que pienso dedicar tantos años de mi vida como me sea posible. Image

                                            

                                                        


                                       ¿Cómo nace la corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana en Agua Prieta, Sonora?

 

A veces los grandes proyectos nacen inesperadamente, motivados por la casualidad, o por azares del destino. También es cierto que los proyectos fecundos son producto de una idea largamente acariciada  y que no siempre se  materializan en el corto o en el largo plazo y que muchas veces quedan como un deseo o un sueño irrealizado. Aquí, algunos apuntes que describen cómo nació la nueva tarea que hoy me ocupa y a la que pienso dedicar tantos años de mi vida como me sea posible.

 

En enero de 2016 nos llegó un recibo bimestral de luz por once mil setecientos pesos, (casi mil dólares de aquel momento). Edgardo puso el grito en el cielo y me dice que iba a comenzar a pedir presupuestos para instalar placas de energía solar. La recriminación recaía, sobre todo, en dos minisplits, que se me ocurrió poner a mí, al venir a renovar la casa en que pretendíamos vivir durante nuestra jubilación y que él hace más de 40 años compró, en su estado natal, para su madre, ya fallecida.

Inmediatamente me vino la idea de irnos a la ciudad de México a pasar el verano. Así conviviríamos con nuestro hijo Luis Edgardo, radicado allá; disfrutaríamos mi ciudad de orígen; no nos apartaríamos de los amigos de allá; respiraríamos otros aires; nos pondríamos al corriente de lo que ahora sentimos tan lejano y resolveríamos los costos generados por el calor que sobrepasa los cien grados, sin regalarle nuestro dinero a la CFE.  A Edgardo la idea no le pareció tan mala.

A los pocos días le notifiqué a mi hijo que bloqueara en Airb&b nuestro departamento porque iríamos a la capital los meses de junio y julio del 2016, dejando agosto, en que nacería nuestro nieto Mateo para ir a Houston, a acompañar a nuestra hija Ana Fernanda, Rafa, nuestro yerno, y a Nicolás, nuestro primer nieto, ¡ Así fue!

Llegué a México a disfrutar del Café B de mi hijo. Todos los días desayunábamos ahí e invité a conocerlo a toda mi familia y a todos los amigos que no frecuentábamos desde finales del 2011 en que comenzó la jubilación de Edgardo. Vivimos días inolvidables actualizándonos de la política, la cultura y todas las novedades de esa gran ciudad.

Nos incorporamos a la celebración de las actividades que Bellas Artes realizó con motivo de la Exposición de Los Contemporáneos. Fuimos a museos, hicimos recorridos turísticos en las nuevas direcciones del Metrobús. Fueron dos meses de gran actividad.

Una tarde envié un texto a la novelista Silvia Molina para invitarla a tomar un café con nosotros y compartir recuerdos de su mamá y sus tías Panchita y Paquita. Así nos lo habíamos prometido en un chat anterior.  Silvia me contestó inmediatamente y me dijo que comeríamos tal día cerca de su trabajo. Escogió un restaurante muy agradable que está frente al Auditorio Nacional.

Llegamos Edgardo y yo y, puntualmente, los tres nos abrazamos y nos sentamos a comer. La primera pregunta que nos hizo Silvia fue: ¨¿Por qué se fueron a Agua Prieta qué hacen allá?¨ Pasamos dos horas, justo el tiempo que ella tenía para comer, explicándole qué hacíamos, y por qué Agua Prieta si Edgardo nació en Cananea… ¡En fin!  Al terminar y ya para despedirnos nos dijo: ¨Fíjense que soy la presidenta del Seminario de Cultura Mexicana y me gustaría que ustedes abrieran la corresponsalía allá.¨  Confieso que yo no sabía, bien a bien, de qué se trataba el compromiso, pero de inmediato acepté. Edgardo sí sabía de lo que se trataba. Antes de despedirnos, Silvia dijo: ¨Voy a hablar con el director y te llamo.¨ Yo me fui emocionada a la casa y cuál no sería mi sorpresa que al día siguiente me llamaron para preguntar si a las 12 del día podría verme en Presidente Mazarik, con Roberto Vázquez.

Yo había quedado de verme con Lety, la esposa de un coronel que estuvo en la Guarnición Militar, en Agua Prieta. Cuando Lety  llegó le anuncié que desayunaríamos y le pedí que me acompañara a Polanco, a la cita. Al terminar el café, saltamos a un uber que nos dejó en las oficinas del Seminario de Cultura Mexicana.

El maestro Vázquez nos recibió de inmediato, hombre franco, comunicativo, y afable con el que pronto nos familiarizamos. Él llamó a su secretaria para que me trajera toda la papelería informativa del Seminario y le pidió que llamara a Sanda Racotta, encargada de Relaciones Públicas y amiga de mi familia desde la niñez. Sobra hablar de la alegría que nos dio, a Sanda y a mí, encontrarnos de nuevo, hasta un ataque de tos me dio que tuvimos que salir de la oficina de Vázquez para que Sanda me consiguiera un vaso de agua y yo lograra restablecerme.

Desde ese momento me comprometí y juré que llegando a Agua Prieta, después del 15 de septiembre que ya habría nacido mi nieto, me comunicaba con él.

En cuanto regresé a Sonora me impuse la tarea de conseguir personas relacionadas con la cultura para formar la mesa directiva y mandar toda la curricula al Seminario. Cité a una reunión en mi casa a 10 personas: Rodrigo Valenzuela, Juan Valente Rivera, el Cronista de la ciudad, Ricardo Rivas, Ana Elba Cornejo, Graciela de la Torre, Rafael Aguirre, Alejandra Ibarra, Olivia Fragoso, Jesús Caneda y Gustavo Ruiz Bretón. Muy al estilo de Agua Prieta, solamente asistieron 5

Como a mí nada me arredra, me escuché decir: ¨Ni hablar con los que vinieron voy a seguir adelante.¨ Llevé a cabo la reunión, les hablé de cómo había nacido la idea de la corresponsalía, traté de persuadirlos de la importancia para Agua Prieta y me di la responsabilidad de encabezarla y echarla a andar. Los asistentes me dieron su apoyo y se mostraron muy entusiasmados. Esto fue el mes de octubre del 2016

Fue en noviembre que envié por mensajería el sobre que contenía los materiales recabados. En el curso de la siguiente semana me acusaron recibo y me dijeron que cuando se reuniera el Consejo me darían una respuesta.

Esperé y esperé sin tener respuesta! Por ahí de mayo del 2017 cuando ya estábamos preparando nuestro viaje anual a la capital del país para librar el calor del verano, envié un texto escueto a Silvia Molina diciéndole: ¨No sé por qué ya no se hizo lo de la corresponsalía.¨ Pero para mi sorpresa, a vuelta de correo me respondió: ¨Te llamo por teléfono¨

Y casi de inmediato recibí un mensaje del Dr. Jaime Morera diciéndome que él era el encargado de las corresponsalías y que mandaría en la siguiente reunión de Consejo el caso de Agua Prieta para su aprobación. Me enteré que Roberto Vázquez ahora estaba de subdirector de Bellas Artes y que el Seminario de Cultura Mexicana tenía nueva directora. Pensé que seguramente todo se había detenido con la muerte de nuestro también amigo y compañero de la SRE,  Rafael Tovar y de Teresa y los nuevos nombramientos en la Secretaría de Cultura. Armé mi rompecabezas y comencé a recibir informaciones a través del Dr. Morera y, para septiembre de 2017 que volvimos Agua Prieta, ya teníamos la fecha para la Toma de Protesta de la Mesa Directiva: 27 de octubre del 2017

Hasta aquí este relato, previo al primer capítulo que está por escribirse. El entusiasmo desborda entre los participantes. Trabajar por la cultura, desde una organización de la sociedad civil, es un compromiso personal intenso, cuya única remuneración resulta del amor por el trabajo y el servicio a la comunidad. Y es así como empieza la corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana en Agua Prieta, al fresco de los meses donde el clima y la naturaleza resultan tan acogedores como coloridos y envidiables. Y los miembros de la mesa fundadora nos disponemos a darle vida a los sueños de llenar la atmosfera cultural local de historia, de literatura, de arte y de conocimiento de lo que es México y su Cultura.

 

 





PALABRAS PRONUNCIADAS EN LA TOMA DE PROTESTA A LA MESA DIRECTIVA

DE LA CORRESPONSALÍA DEL SEMINARIO DE CULTURA MEXICANA EN AGUA PRIETA, SONORA

 27 DE OCTUBRE, 2017

 

 

Dr. Jaime Morera: Agradezco a usted su presencia en Agua Prieta para tomar la protesta a los miembros de la Mesa Directiva de la Corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana en la tan alejada frontera norte de la Patria.

Muchas gracias por todo el apoyo que nos has prestado para hacer realidad el sueño de ligarnos con las instituciones culturales del centro del país y así integrar a Agua Prieta a las actividades del Seminario de Cultura Mexicana.

Te pido también lleves a Silvia Molina, presidenta del Seminario de Cultura Mexicana, nuestro afecto y agradecimiento por tan valioso apoyo. Silvia es descendiente de ilustres revolucionarios sonorenses y ella y su familia han sido amigos entrañables de Edgardo y míos, desde hace varias décadas. Curiosamente, en el seno del Seminario me he vuelto a encontrar con varios amigos que he tenido en diversas etapas de mi vida; tal vez por ello me siento ya íntimamente ligada a todos ustedes.

Los aquí presentes nos congratulamos de que las autoridades culturales nacionales nos ayuden a reconectarnos a ese México productor inagotable de arte y cultura, reconocido en todo el mundo.

Doctor Morera el día de hoy recorrimos detenidamente Agua Prieta, para que por ti mismo pudieras apreciar la importancia de superar los obstáculos que el entorno fronterizo impone a la consolidación de una cultura local ilustrada, y que esté estrechamente ligada al tronco de la mexicanidad.

Creemos sinceramente que el talento y el empeño de muchos aguapretenses ahora se nutrirá de lo que ya son hechos culturales concretos en México y que la propia geografía de este enorme país, nos apartó. Entre todos, con el apoyo de las autoridades centrales y la población civil, trabajaremos por un entorno más conducente para la cultura.

Como has podido observar, pese al papel tan importante que Agua Prieta ha jugado en sucesos claves de la historia de la Nación; todavía no hemos logrado que haya una librería, un museo, un teatro, una gran biblioteca, una sala de exposiciones, una corresponsalía de El Colegio de la Frontera Norte.

Todo esto resulta además de increíble, inaceptable. El daño social que esta falta de instituciones culturales trae consigo, impacta profundamente el marco de referencia de la comunidad.  Agua Prieta ya no es el pueblito de 15mil habitantes de los años 60s; hoy día constituimos una ciudad de casi 112 mil habitantes de los cuales grosso modo, posiblemente los oriundos de esta tierra no pasen de 15mil.

El resto son mexicanos del interior de la República, que han llegado con la idea de probar suerte a toda costa, al otro lado de la frontera. Por diversas razones no lo lograron. Las nuevas circunstancias ya no les permiten regresar a su Estado de origen y, como sucedió hace ya muchas décadas, en Tijuana, Mexicali y Ciudad Juárez, esa población antes flotante terminó quedándose aquí en la frontera. Ese fenómeno lo conocemos bien porque como cónsules en San Diego y en El Paso, en aquellos tiempos lo vivimos a profundidad.

En la frontera se valora con gran entusiasmo, la supuesta gran civilización anglosajona de nuestros vecinos. La realidad es que las comparaciones económicas son las que humillan la dignidad de los fronterizos. En pueblos similares del lado estadounidense, se goza de un nivel hospitalario, y de pensiones y prestaciones, cuya calidad por acá no la tenemos. Pero en términos de historia, y de producción cultural, México es único, y en el propio EE.UU. la admiración por la cultura mexicana es proverbial.

Nuestra intención es rescatar eso que nos hace distintos y que es tan admirado en el resto del mundo, donde las espectaculares manifestaciones culturales que hemos llevado a Europa, a América del Sur, y al propio EE.UU. han  producido  un  impacto  y una admiración, como ningún otro país latinoamericano lo ha logrado. De todo eso nosotros como embajadores de este gran México, hemos sido testigos y participantes activos.

Mucho ha ayudado al menosprecio de nuestra cultura en el propio territorio nacional, el hecho de que nuestro sistema educativo ha dejado de enseñar historia, civismo   y   geografía nacionales; e incluso Lengua Nacional. Ese nuevo enfoque supuestamente práctico, ha minado completamente la conciencia de las nuevas generaciones, y ha socavado el nacionalismo de antaño.

Nosotros como promotores de la cultura en nuestro carácter de diplomáticos, hemos llevado al extranjero ciclos de cine mexicano, participado en los festivales de poesía, presentado grandes exposiciones, mostrado a los grabadores y pintores  modernos, llevado a conferencistas muy relevantes. Hemos tenido una participación institucional del cine nacional moderno mexicano en los festivales de cine internacionales. No hemos dejado atrás tampoco al folclor y a la artesanía. Como diplomáticos veíamos toda esa difusión como natural. Ahora nos sorprende que nada de eso llegue a la propia frontera mexicana.

Esta población que tanto aportó al México revolucionario y a la cultura posterior que de él surgió, ahora lucha para que las instancias culturales estatales y nacionales sepan donde se encuentran en el mapa nacional. Se ha olvidado en el centro de la República la aportación de los sonorenses en la lucha armada. También el rol de los generales sonorenses a la Revolución, que gústenos o no, coadyuvaron enormemente al México que hoy tenemos.

Estoy segura que la construcción de esta relación con el Seminario, con el correr de los años, convertirá nuestra ciudad en parte importante de un corredor fronterizo de cultura nacional.

Al escudriñar tu biografía Jaime y oírte decir que tu sentimiento humanista en la vida, como doctor en Historia del Arte es descifrar los objetos del arte, la expresión más sublime del ser humano. Por ello pensé que no podríamos iniciar de mejor manera la corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana que con tu presencia y comprensión. Ojalá que en el futuro próximo nos puedas hablar y embelesar con los temas de los cuales eres experto.

Jaime te llevas un gran encargo. Tenemos que llenar este vacío cultural. Los jóvenes que estamos perdiendo por las adicciones nos lo reclaman. Gracias por venir desde tan lejos. Te aseguro que todos los aquí presentes nos ayudarán a convertir la Corresponsalía en un ente vivo y de permanente actividad cultural.

Gracias por tu amable y motivadora presencia.

Antropóloga Lili Bolívar

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