CUANDO UNA AMIGA SE VA QUEDA UN ESPACIO VACÍO
Llegué a Agua Prieta en octubre de 2011 y para septiembre del 2012 ya éramos amigas. Después de 10 años, sin lugar a dudas, puedo afirmar que eras mi familia. Para el primer Día de Muertos llegué a Reynaldo por Ofelia y Maribel. Nunca me olvido que a preguntas expresas como ¿qué haces para los bocadillos? Con orgullo desbordante respondía: De eso, no se preocupe. Se encargan mis hermanas. Mañana se las presento. Al día siguiente, después de resolver detalles de la Ofrenda, me dijo: Deje aquí su carro, venga conmigo, vamos con mis hermanas. Viven muy cerca.
Nos bajamos del automóvil y abrió la puerta. Nomás les dijo: Aquí está Lilí. Sentí que había llegado a un sitio que me atraía y donde se respiraba una amistad que me esperaba. A partir de aquel momento siempre entré a esa sala con confianza y con la certeza de que era muy bien recibida. Ahí nada era nuevo, todo había vivido su tiempo a plenitud. Se sentía el peso de los recuerdos y el paso de muchos años.
Después fueron años de estar juntas, de compartir vivencias y sinsabores. Al poco tiempo llegaron Marcia, Lety y Maru. Pasaste de la hermana de Reynaldo a doña Graciela o la señora Graciela y vivimos a tu lado horas llenas de cariño. Íbamos a tu casa en cualquier momento, la puerta está siempre abierta. Para nosotras llegar y entrar no era cosa común. Eso ya no se usa en el resto de México. Se perdió por completo y es una pena. Ahora solo en Agua Prieta y para ser exactos, solo en casa de Graciela.
Tu casa simboliza la provincia mexicana, los pueblos. Hay apertura, sinceridad sonorense. Siempre un café, una atención: mira hoy tengo las galletas que te gustan. Cuántas veces me llamaste: vente aquí están Juanita y Leonardo. Y yo, donde estuviera, te respondía: ahí voy.
Y pasábamos horas y horas juntas.
Hoy que me llamó Marcia la oí llorar. Me dijo: ¿Lili es cierto lo de doña Graciela? Lo sospeché pero no me atreví a decirlo. Le contesté: Estoy en Houston, llegamos anoche. Espérame, investigo y te aviso. Me acordé que había visto en mi teléfono dos llamadas de la Titi. Seguro es cierto.
Vinieron a mi mente, agolpados, todos los recuerdos y la sensación de que voy a volver a una Agua Prieta muy diferente. Tu ausencia me deja un hueco grande, muy grande. Reynaldo y Graciela, fueron para mí, en muchos momentos, lo más cercano que un ser humano necesita. Los echaré de menos.
Graciela, fuiste mis horas de amigas, mi relatora de familias, mi contacto con la realidad aguapretense. Voy a extrañar tus tortitas de huevo, todavía ahora que comenzó la cuaresma me prometiste que este año sí me las invitarías. Me prometiste también, hablar con tu amiga enfermera para que en cuanto llegaran las vacunas nos las pusieran. Te despediste reclamándome: pero por favor contesta el teléfono. Ya no me acompañarás, el 12 de diciembre, a la serenata a la virgen de Guadalupe.
Ya no volveré a oír: Si quiere que le contesten ponga carita feliz. Graciela, no es posible. Te fuiste antes de tiempo. Perdimos un año completo con la pandemia Covid 19, ni siquiera nos pudimos ver por el miedo a intercambiar contagios.
Nos quedó pendiente llamar a Maru, las tortitas de semana santa y la capirotada. El cafecito con los Yáñez y tantas cosas más. Ahora que vengas te platico, me decías…uyyy ya no será posible. Quedó mucho por platicar, a pesar de que conocí a Bertha y a Lorenia por todos los buenos recuerdos que guardabas de ellas. Reynaldo nos dolía muchísimo. La güera te hizo mucha falta.
Añoramos aquellas tardes en que recaíamos a tu casa todas: Carmen, Diana, tus hijas, Merci Dávila, Viola, Carmelita. Unas veces a rezar y muchas nomás a platicar, a reír, a disfrutar la sencillez de la vida, a oír música mexicana. Mi mamá también te va a sentir y toda mi familia. Fernanda y mis nietos.
Todas tus amigas, cerramos una página más de nuestra vida en Agua Prieta. Eres ejemplo de una mujer buena que abrió su corazón a todas nosotras con la pureza y la ingenuidad que ya solamente se da en los pueblos pequeños. Contigo, Graciela, se va una época inolvidable para nosotros. Dejas en todas nosotras tu espíritu y tu alegría a manera de homenaje.
Graciela querida que encuentres luz, paz y todo el amor que aquí cultivaste…
ENHORABUENA !!! POR EL BUEN USO DE LA PALABRA QUE TAN MAGISTRALMENTE NOS LLEVA POR LAS VEREDAS DEL RECUERDO… SIN OLVIDAR LOS TINTES SIEMPRE GRATOS QUE NOS OBLIGAN A ADENTRARNOS Y REMEMORAR ESOS TINTES HISTÓRICOS TAN LINDOS QUE NOS REGALO LA VIDA DEL LUGAR…